Un cura y un hortelano
cruzaban un río en jumentos,
las bestias perdieron mano
y los dos al agua fueron...
con lo puesto.
De la rivera a una adelfa,
los dos ambos se agarraron,
el cura rezaba al cielo,
blasfemaba el hortelano,
cual marrano.
El cura escandalizado
al hortelano exhorto:
"No jures más pecador,
pon tu confianza en Dios,
el Salvador."
Más el pragmático horteleno
al cura habló con nobleza:
"Sigue rezándole a Dios,
pon tu confianza en Él y luego...
suelta la adelfa."
No hay comentarios:
Publicar un comentario