Nací en La Línea un invierno,
del año cincuenta y séis,
mi vida, como veréis,
no era el cielo ni el infierno.
Penurias, pasé infinitas,
calamidades y hambre;
radiografias de un alambre
parecían mis piernecitas.
Emigraron mis paisanos
y llegaron los turistas,
esto nos echó una mano,
España ya estaba lista
solo estorbaba el enano:
el gobernante fascista.
Enero del cincuenta y siete
ResponderEliminaren San Roque lo hice yo
ser del Campo y tan afines
en proxima ubicuidad
explicaria si acaso
el afán por versar .