miércoles, 26 de octubre de 2011

EL CRÉDULO ENAMORADO.


 Un muchacho de ciudad
se enamoró un buen día
de una chica montaraz
que también a él quería.

    La muchacha pueblerina
de aerofagia padecía
y al oir hablar de amor
muy nerviosa se ponía,
tanto que para su horror,
los pedos se le salían.

    El chico, algo escamado,
a un amigo consultó
y éste, que era un guasón,
y un bromista redomado,
le dijo sin disimulo:
"que la gente de aquel pueblo,
en cuestiones del amor,
se expresaban con el culo".

    El mozo que se creía
un experto en el amor,
delante de la zagala,
su culo blanco sacó
y ante sus ojos asombrados
pata abajo se cagó.

Moraleja, en cuestiones del amor, no te fíes ni de tu vieja.

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