viernes, 7 de octubre de 2011

LA JUVENTUD Y EL TIEMPO.


   Parece que será eterna, 
la juventud,
y, entre dimes y diretes,
requiebros y sonsonetes,
te llega sin darte cuenta, 
la senectud.

    Que al mundo comerse puede,
piensa el joven en su inconsciencia
más, sin ninguna clemencia,
todo queda como debe:
el mundo siendo más mundo
y el vigor en decadencia.

    Porque la ley natural
del hombre es hacerse viejo,
si es que cuida su pellejo,
y todo siga tal cual.

   Y como dijo aquel sabio,
pensando en buenos momentos:
"el mal de la juventud,
tiene cura con el tiempo".

2 comentarios:

  1. Tenía un arbol
    y un abuelo,
    patio grande
    y recovecos
    azul cielo
    plena luz.

    Una bravia higuera
    con su olor saludaba
    aromaba la llegada
    suavizando la partida.

    Había un cine de verano
    y otro dentro de la casa
    Huerto,aperos y labranza
    mezclados a batiburrillo,
    era el Edén de un chiquillo
    Adán de aquella mescolanza.

    Había un muro y un canal,
    un rio de aguas pedregosas
    un pajaro como el de Poe
    que mudo cantó el devenir,
    una estrella en las baldosas
    en cuyo centro jugaba
    y solitario conjugaba
    los mimbres del porvenir.

    Habia niños a lo lejos,
    el mundo estaba allá fuera
    yo persistia en la esfera
    inserto en un cuento añejo.

    No volvere nunca
    sé bien de lo que hablo,
    aunque marché hace mucho
    nunca me fui de San Pablo.


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