A vosotros dioses de la Historia,
a vosotras hadas del amor,
a tí, sentir de mi memoria,
a ti, de mi corazón dolor.
Quiero pediros a todos
que tapiéis mi corazón,
que ceguéis mi alma viva,
que iluminéis mi razón
que nadie penetre en mi vida,
que por nadie sienta amor.
Y esta plegaria que elevo,
cansado ya del dolor,
es de mi alma su ruego,
es de mi corazón su voz.
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