Sin saber de tu existencia, amor,
de tu ausencia estaba lleno,
sin saber nada de ti, mi flor,
ya te echaba yo de menos.
Te echaba de menos a tí,
mujer a mi predestinada,
te buscaba sin saber, sí,
que sin ti yo no era nada.
Tras mirar tus labios rojos,
y haber besado tu piel,
sin ti están ciegos mis ojos,
sin ti es amarga la miel.
Recordando ahora tus senos,
y la suavidad de tu vientre,
sé que de ti aún no estoy lleno
sé que me falta tenerte.
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