martes, 3 de agosto de 2010

DEPRESIÓN

La soledad me persigue,

la tristeza me acompaña,
el amor, de mi, se ríe,
hasta la amistad me engaña.

¿Qué delito cometí,
qué pecado heredaría,
para que la vida, a mí, ´
me resulte tan valdía?

He sido un niño obediente,
un soldado bien mandado,
un padre muy diligente
y un esposo enamorado.

¿Por qué no encuentra mi alma
consuelo para su pena?
¿Por qué se extingue la llama
en mi corazón de cera?

¿Por qué....?

¿Por qué....?

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