miércoles, 4 de agosto de 2010

LAS MADRES QUE ESPERAN

Era una noche muy fría,
no era una noche cualquiera,
era la noche en que ronda
la muerte en la carretera.

El turismo circulaba
con fuego por las toberas,
dentro de él dos muchachos
que sus vidas se las juegan.

El negro asfalto que brilla,
entre la luz y la niebla,
los neumáticos cantan
un réquiem: la muerte espera.

Los dos jóvenes reían:
"aquella hierba era buena",
la "pillaron" en la puerta
de una "disco", en las afueras.

El coche sigue avanzando
por la oscura carretera,
la muerte sigue aguardando.
¡Ay pobres madres que esperan!

Era una tarde muy fría,
no era una tarde cualquiera,
dos madres en el camposanto
lloran porque ya no esperan.

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